lunes, 30 de julio de 2012



Ven, que te voy a contar un secreto. Acércate más. ¿Me prometes no decírselo a nadie? Aún me acuerdo de la última película que no terminamos de ver. Y de que me salvaste con 15, con 18 y con 20. Que no eres un salvavidas, no; eres mejor. A veces me sacas de quicio y a veces me vuelves loca. Pero del revés. Como a mí me gusta. No me has llamado. ¿Dónde estabas? Mañana intentarás volver conmigo a casa. "Por los viejos tiempos", me dirás, "cuando yo te invitaba a galletas y tú me escondías en el armario de tu habitación." Eres mi monstruo de las galletas; por las galletas y por el armario. Te gustan las nueces, los ombligos y la ropa interior negra. Y es que ya van muchos años. Y yo cada día te entiendo menos, y tú cada día me entiendes mejor. O no, aún no lo sabemos.

 Pero nos queda tiempo.



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